lunes, 15 de febrero de 2010

San 609...

Este finde ha sido un poco raro, entre el frío que era inhumano, la lluvía a la cual en Murcia no estamos acostumbrados y que era San Valentín y los corazoncitos y los planes para dos inundaban la ciudad, a mi me apetecía más que nunca pasarlo con mi pijama y abrazada a mi manta. Pero todo tiene un límite y ya el domingo pensé que no debía ser muy sano eso de estar tanto tiempo sin ver la luz del sol, así que me subí en los tacones y me fui en busca de algo de marcha con mi alma gemela.

Ni cortas ni perezosas llegamos a eso de las seis de la tarde al 609 y ¡sopresa! aquello estaba en plena apoteosis dominical, vamos lo que viene siendo lleno hasta los topes, entramos abriéndonos paso entre la multitud derechitas a la barra a pedir dos copazos de ron para ir entrando en el ambiente aunque muchos de los que allí habían nos sacaban ventaja de largo.

Estábamos nosotras con nuestras copas en mano observando el circo que suele ser habitual en este lugar: señores maduros con jovencitas, horteras de bolera con camisas que cortan la respiración, niñas pijas despendoladas, señoras que ya no cumplen los 50 y que se empeñan en embutirse en pantalones de cuero, cuando de repente ¡mierda! ¡la hermana del ex! ya no teníamos escapatoria... ¡hola! ¿Qué tal? bla bla bla y dos horas después prevío reportaje fotográfico del sobrino y demás explicaciones de la familia se larga con un maromo de camisa apretada y zapatos en punta...menos mal que el hombre hizo su buena acción del día con nosotras.

Tras esta liberación y en mitad de la gloria diviso al otro lado de la barra isla que divide el local al tio petardo que me estuvo acosando durante toda la EGB y parte de la ESO, ¡pero bueno! Anda que hoy estamos sembradas, por no hablar del hortera de bolera con el que mi ex casi se parte la cara porque parecía no entender muy bien el concepto de "tengo novio luego olvídame" y el cual no nos quita el ojo de encima...¡ay Dios! anda nena vamos a cambiar de sitio a ver si mejora la suerte.

Estábamos pegándonos unos bailes y criticando a los pavos que pasaban a nuestro alrededor, pa que nos vamos a engañar, cuando llegan dos pijillos de Zara pidiéndonos opinión en un tema que podríamos denominar como: "¿por qué los hombres beben whisky y las mujeres prefieren el ron?" pues hijo, quizás si tu cerebro no estuviera flotando en JB te darías cuenta de que esa teoría es tan absurda como el hecho de que no puedas articular palabra porque no toleras el whisky que tanto veneras, pero bueno, no vamos a ser bordes y los dejamos que nos coman la oreja un poco, total después de la ex-cuñada ya las tenemos acostumbadas...

El balance de la tarde no fue negativo ni mucho menos, nos reímos muchísimo y pensamos repetir seguro, a más tardar el próximo domingo, aunque de camino a casa ambas éramos conscientes de que nuestras cabezas a la mañana siguiente se resentirían, pero nada que no haya solucionado un buen espidifén. Es lo que tiene salir los domingos...

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