domingo, 7 de febrero de 2010

¿Felices para siempre?

Hace unos días quedé con una vieja amiga, de esas que ves de uvas a peras...y con la que realmente no tienes nada en común, pero te une el tiempo que la conoces.

La verdad es que cada vez que quedo con ella me doy cuenta de la suerte que tengo, las dos estudiamos juntas, supuestamente queríamos hacer cosas parecidas en la vida, pero yo me decidí por la universidad pública y ella por nota se fue a la privada. Terminó su diplomatura con mucho esfuerzo y después de intentar buscar trabajo unos meses se decidió por la opción más fácil que fue la de quedarse trabajando en la empresa de su padre aunque no tuviera nada que ver lo que había estudiado. Después pasaron los años y un buen día al llegar a casa después de trabajar me encontré una tarjeta de boda, ¡se casaba! La verdad es que me alegré mucho por ella, me alegré de corazón.

Ya me extrañó un poco que no quisiera tener despedida de soltera para evitar que su futuro tuviera excusa para irse a hacer lo mismo, el día de la boda cuando conocí al susodicho no me dio muy buena impresión, pero no quise juzgarlo antes de conocerlo un poco más. Lo cierto y verdad es que después de casada creo que he ido a visitarla a su casa tres veces y siempre he intentado que él no estuviera porque no me siento cómoda, parece que la amiga soltera de su mujer no le hace gracia.

Mi intuición no fallaba, cada vez está más triste y apagada, me resulta increíble como una mujer con cultura, con una buena educación, que conoce a mucha gente y que ha vivido fuera de España puede caer en las redes del machismo más profundo y seguir alimentando ese círculo día a día.

Dejó el trabajo por la maternidad, se pasa 24 horas al día pendiente de su hijo y ejerciendo de "perfecta" ama de casa, no tiene derecho ni a salir a tomar un café o una copa un sabado por la noche con o sin su marido, ella misma me decía que su única vía de escape será volver a trabajar para poder salir de casa y tener vida social. Aunque tampoco reconocía estar inmersa en esa espiral supongo que por el que dirán y porque esa opción es mucho más fácil que estar soltera y tener que ir con el cartelito de SOY SOLTERA a todos lados, aunque sinceramente no me cambio por ninguna de estas "casadas infelices".

2 comentarios:

Ana dijo...

Dí que sí. No necesitamos pareja para ser felices. La felicidad está en cada una de las horas del día si la sabes encontrar. Sí eres feliz sólo, has triunfado. Por eso tu eres la que triunfa.

victoria,victoriae dijo...

¡Anica! Muchas gracias por leerme, supongo que eres mi ciezana favorita...cuidado que ahora eres susceptible a formar parte del algún post! Mil besos guapa y bienvenida!