sábado, 29 de enero de 2011

Aprendiendo...

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender...


Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.


Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.


Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.


Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.


Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas.


Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.


Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas.


Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.


Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.


Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.


Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.


Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.


Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.


Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes.


Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.


Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.


Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.


Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido.


Pero desafortunadamente, solo con el tiempo...




Jorge Luís Borges

domingo, 9 de enero de 2011

¿¿¿A qué huelen los bares???

Llego al bar de siempre a la hora de siempre, con las amigas de siempre, sentadas donde siempre, pero no sé por qué hay algo esta noche que es distinto. Para empezar las veo claramente desde la puerta, antes me costaba un poco más encontrarlas. Tienen un brillo diferente en la piel ¿nuevo maquillaje? Ah no, espera. Un momento. ¿A qué huele aquí?
Y efectivamente empieza lo que me temía, que ahora, con la ley antitabaco, vamos a tener que olernos los unos a los otros. Las distancias cortas se alargan. Una nueva sinceridad para esta segunda década del siglo XXI, que ahora comenzaremos a diferenciar a los que se lavan de los que no. Los que usan desodorante de los que no, desde el primer hola qué tal. Qué bien, las feromonas funcionando a todo gas y acertando, por lo menos, en la parte física. Ya no habrá sorpresas desagradables ni alas pestosas de última hora.

Se acabó el “¿tienes fuego?” para entrarle a alguien, y el “se fue a por tabaco” se transforma en “se fue a fumar y no volvió”. Y será verdad, que seguramente fue porque conoció a otra en la puerta del bar, que es donde ahora se va a ligar realmente, que en estos tiempos fumar une mucho. “¿Qué tal ahí fuera?” – le pregunto a una amiga que fuma. “Pues nada, me he hecho una amiguita. Una mature aterrorizada porque sus hijos la han amenazado con chivarse si la pillan fumando”. Pobre. Como pobres también los vecinos ahora. Auguro que alguno, desesperado y desamparado, optará por salirse al balcón con una bolsa de pipas a poner la antena en las conversaciones de los posibles futuros amantes.

Aun así, por mucho que recapacito sobre ello, la ley antitabaco sólo trae ventajas. Ahora si eso, volveremos a casa con olor a fritanga de las cenicas en nuestras tascas o del kebab de madrugada. Sin embargo se acabó lo de airear abrigos, ducharse antes de dormir, el mechón de pelo pestoso aquel que te atacaba a la mañana siguiente al girar la cabeza entre las sábanas que tenías que lavar sin falta… Lo que ahorraremos en lavadoras, jabones, champuses, y en definitiva, en agua, que nunca está de más.

Que cuando llegué tras mi primer marathon de fiesta sin humos me pareció que eran las 12 del mediodía  por lo fresca y despejada que me sentía. Que me habría acostado con la ropa que llevaba porque todavía olía a mi perfume y mis brazos a mi crema. No me habían llorado los ojos ni estaba afónica como un perro, bueno un poco sí, pero por otros menesteres.

Definitivamente es el momento de dejar de fumar. Me atrevo a afirmar que hasta dejará de existir el concepto de “fumador social”, ya que pierde su sentido el cigarro del café, el de la copa, el de las bodas. Yo espero sinceramente que dure para siempre. En Inglaterra, tierra de pubs, funciona de maravilla desde hace tiempo. Me preocupa sin embargo el verano, las discotecas, los bares abarrotaos y la peña sudando… Ay, espero que los fabricantes de jabones y desodorante tomen buena nota de esto.

P.D: Hoy hace exactamente un año que empecé con esta historia y quiero agradecer a mis pocos lectores que sigan entrando porque cada comentario que dejáis es una palmadita en la espalmada para continuar escribiendo, gracias a todos y Feliz 2011!