Princesa por sorpresa

     Si os soy sincera,y los que me conocen bien lo saben, siempre he tenido una visión romántica de las relaciones de pareja, aunque si os sigo siendo sincera cada vez creo menos en esta forma de ver la vida y este fin de semana ha sido uno de esos fines de semana en los que me siento feliz de estar soltera y lo digo a boca llena, ¡¡¡estoy soltera!!!

Empecé el fin de semana yendo con mis mejores amigos solteros a casa de una pareja de "felizmente casados" a conocer al nuevo miembro de su familia "feliz", una velada maravillosa hablando de pañales, jarabes, tipos de leche y vacunas, que si tú le vas a poner tal vacuna o tal otra, que si al mio no le gusta el Apiretal, pero si me descuido se empina la botella de Dalsy...y todas esas lindezas propias, digo yo que serán propias, de los recién estrenados papás.

     El sábado, por si lo del viernes no había sido suficiente, quedé con otros amigos "felizmente casados" y mientras disfrutábamos de un capuccino se apuntaron a compartir la tarde con nosotros otra pareja que está en capilla y tras hacer la visita de rigor a su recién adquirido pisito me vi en medio de dos conversaciones, ellas por un lado hablaban sobre lo liada que esta una de ellas por los preparativos de la boda, las pruebas del vestido, amueblar la casa, el trabajo, etc y ellos por su parte hablaban de técnicas de bricolaje y pintura o de cómo desmontar un sofá para subirlo a la buhardilla...me vi como un espectro que los mira desde el techo del bar.

     Tras estos momentazos de mi fin de semana, llamé a mi mejor amiga para salir a tomarnos un par de copazos porque realmente no sabía si era yo la que me estaba volviendo tarumba o el mundo estaba contra mi.

     Aterrizamos sobre la 1 de la mañana en eñe y nos metimos entre la multitud hasta llegar a la barra, ¡Ron cola y ron naranja, por favor! y antes incluso de que al camarero le dé tiempo a mirarnos a la cara me percato de un individuo con boina que tengo a mi lado, cuarto componente de un grupo masculino, me está haciendo un escaneo del carajo y seguidamente le da un codazo al que tiene al lado y le suelta a grito pelado: ¿Has visto a la rubia? a lo que el otro le contesta: Sí tio, pero me mola más la morena que es mas pequeñica, aunque tiene pinta de tener una cara de pájaro...No os podeis ni imaginar mi cara, se me iba un color y me venía otro, pero no os creais que se quedó la cosa ahí, tras seguir con el escaneo, el de la boina le dice a otro: ¿Has visto a la rubia? a lo que el otro le contesta: Sí, esta buena, pero tiene demasiados mofletes...¿Perdona? ¡Podría ser tu hija! además prefiero mis mofletes a tu barriga cervera o al hecho de tener que taparme la calva con una boina, en fin...nos tomamos la copa y nos largamos a intentar cambiar la suerte, salíamos indignadísimas con el grupito de la boina cuando un relaciones públicas nos grita:¡Señoras, señoras! ¿les apetece un chupito?; ¿¿¿SEÑORAS??? Mira majo ahórrate el chupito porque puede ser que te tragues el taco entero...

Al final la cosa terminó bien, no encontramos a ningún príncipe que nos hiciera sentirnos princesas aunque fuera por una noche, pero viendo cómo está el patio ¿quién necesita a un sapo para reafirmarse como princesa?